tag:blogger.com,1999:blog-79881758419448686032024-03-12T21:14:46.045-07:00Y los rinocerontes bostezanRevistaylosrinocerontesbostezan @gmail.comhttp://www.blogger.com/profile/07610507455912615592noreply@blogger.comBlogger129125tag:blogger.com,1999:blog-7988175841944868603.post-47570219842235903352013-05-12T21:58:00.003-07:002013-05-12T21:58:55.376-07:00Oro negro/Buda verde<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/FFItyJh16Co?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<br />
<div style="text-align: center;">
Con la colaboración de:</div>
<br />
<div style="text-align: center;">
Ana Cecilia Acosta</div>
<div style="text-align: center;">
y</div>
<div style="text-align: center;">
Juarez Romero</div>
<br />
<br />
<div style="background-color: white; color: #222222; font-family: arial, sans-serif; font-size: 13px;">
<br /></div>
ylosrinocerontesbostezan @gmail.comhttp://www.blogger.com/profile/07610507455912615592noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7988175841944868603.post-27707234347310193462013-05-12T21:54:00.000-07:002013-05-12T23:32:13.801-07:00Espejo en el espejo<br />
Un instante yendo sobre sí<br />
<br />
un goteo que nunca termina<br />
<br />
manantial sediento<br />
<br />
rasgado<br />
<br />
no cicatriza.<br />
<br />
Un cuerpo montado en un sueño<br />
<br />
un juego de olas que borran<br />
<br />
el paso del futuro<br />
<br />
su propio rastro<br />
<br />
su orilla<br />
<br />
que ya no necesitan. <br />
<br />
Una danza pisando la puerta<br />
<br />
que nunca habrá de abrirse<br />
<br />
un canto encerrado un recuerdo<br />
<br />
hecho para olvidar<br />
<br />
Eco horadado<br />
<br />
Vagina<br />
<br />
de algo no anterior<br />
<br />
Aliento que respira<br />
<br />
siempre el mismo aire<br />
<br />
la misma parte del ciclo<br />
<br />
para no avanzar.<br />
<br />
Polvo echado al abismo<br />
<br />
Palabra de arena<br />
<br />
Ritmo entre los dedos<br />
<br />
Espejo de dios.<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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<div style="text-align: center;">
<span style="font-size: x-small;">Clic para reproducir</span></div>
ylosrinocerontesbostezan @gmail.comhttp://www.blogger.com/profile/07610507455912615592noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7988175841944868603.post-77839534200461072482013-05-12T21:48:00.002-07:002013-05-14T06:55:55.695-07:00Sombra de dragón (Draco umbra)<br />
<div style="text-align: justify;">
En ningún momento había perdido la dimensión de las cosas, todo lo iba percibiendo como habitualmente percibo la cotidianidad: un poco aberrante, siniestra, pero habitual, real y lo suficientemente estridente como para permanecer atada a ella por principio de embeleso a lo incomprensible. El embeleso, a la entrada de aquel tugurio, se erigía en la forma de un dragón de ojos llameantes que con sus escamas esmeralda enmarcaba la puerta. Un paladín de menor talla custodiaba la entrada, una versión humanizada —y por lo tanto ridícula— del dragón, revisaba los bolsillos de los que ingresaban. Cuando me acerqué, el hombre caricatura-dragón de la puerta me preguntó si venía sola, le dije que me esperaban dentro y me dejó pasar.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Al interior había al menos unas quince mujeres con atuendos que daban cuenta de su oficio. Hace muy poco, un hombre misterioso tuvo la gentileza de explicarme por qué las llaman ficheras, hasta entonces yo no había comprendido a cabalidad. En la pista de baile algunas de ellas se contoneaban, giraban con las luces, describían elipses con los tacones de sus zapatos. Otras más salían de los muros, brotaban como las burbujas del agua cuando hierve, aparecían y desaparecían, prendidas de las paredes, con sus redondeces que no acababan de explotar, con sus senos que no terminaban de reventar y sus miradas de yeso desorbitadas.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y todo eso era real, podía tocarlo, sentía el calor de toda la gente que se agolpaba sobre mi piel, escuchaba la música amielada de un grupo de salsa que al fondo de la pista tocaba. Respiraba con normalidad, los colores, aunque chillones, guardaban su dimensión, las formas se contenían en sus espacios. Estuve tranquila de saberme dueña de mis sentidos. El brujo aquel me aseguró mil veces que la pócima no era ningún tipo de psicotrópico (una palabra que siempre me ha parecido melodiosa, como para decirla en las noches de hamaca) de cualidades alucinantes, sino únicamente un polvo, suerte de filtro medieval, que purificaba los canales capaces de percibir la forma de las bestias: esas alimañas propias que pautan a capricho nuestros sueños, obsesiones y fobias. Había advertido (y eso era una tranquilidad) que sólo se las podía mirar, verles la forma, conocerles un poco los rasgos, pero no había posibilidad de trabar ningún otro tipo de contacto con ellas, ni con la propia ni con las de los demás, para eso se requería de otro procedimiento mucho más complejo y peligroso, especialmente riesgoso para una neófita, como yo, en el arte de entablar querella con las bestias. Yo había pensado entonces que más que filtro medieval se trataba de un revelador que explotaba los granos de plata para que pudiéramos mirar las figuras que la luz había impreso ya sobre el papel fotográfico de la existencia. Mis fines eran literarios, con mirarles la facha bastaba.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Me acomodé en una de las mesas, pedí una cerveza obscura y un vaso con agua, el calor se hacía espeso. Me puse a mirar alrededor: me gustaba el lugar, me gustaban sus personajes, me gustaba yo instalada en medio de aquel mundo; pero de los rostros de las bestias aún nada. Comencé a reprocharme no haber pedido detalles sobre las formas habituales que delatarían su presencia, al menos de la mía, ahora me veía ahí rodeada de un montón de figuras que podían lo mismo ser la manifestación de la mía propia que de cualquier otra monstruosidad de la noche sórdida en la ciudad.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Entonces me di cuenta de que algunos cuerpos tenían unas sombras particularmente nítidas. Se trataba de unas manchas espigadas que se movían ágil y cadenciosamente entre la gente ¿Serían esas las formas de los demonios de cada uno de los que allí se encontraban? ¿Cómo saber, entre aquel baile como de antifaces, cuál era la propia? Yo siempre había imaginado mi bestia personal (la recreaba casi con ternura) más bien como algo de figura cercana a la del dragón.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Había una sombra particularmente extraña. Obscura, de un gris profundo y espeso, estaba recargada en una de las columnas casi al fondo del salón; aunque me daba la espalda tenía la mortal certeza de que me miraba. Desvié la vista, distraída por cualquier otra cosa: cuando la busqué de nuevo ya no estaba. Pedí otra cerveza. Y entonces la sentí. Detrás de mí alguien se aproximaba con pisadas como las de los elefantes cuando caminan sobre el lodo, dejando huellas profundas como lagunas donde los bichos mueren ahogados. Volteé hacia atrás. Era la sombra, con ese gris impenetrable de tarde de tormenta; esbelta, siniestra, caminaba hacia mí. No tenía ojos, pero tenía mirada, una mirada de llamas que salía de lo alto de su figura y me miraba a mí, atravesando mi carne pero sin traspasarme por completo, como quedándose en el centro de mi cuerpo, habitándolo. Cuando llegó justo a mi lado, me tocó con una de sus umbrosas extremidades las costillas. Quise sonreírle pero sólo me salió un gesto torcido. ¿No se suponía que una no podía trabar relación con las bestias más que mediante una serie de procedimientos extraños y peligrosos? ¿Sería entonces que esa no era la bestia? O en todo caso, no la mía, quizá la de alguien más que me invitaba a salir a la noche a caminar. Y fue cuando supe, no sé cómo lo supe, que me ofrecía el brazo <span style="background-color: white; color: #444444; font-family: arial, sans-serif; font-size: x-small; line-height: 16px; text-align: left;">—</span> u brazo de sombra<span style="background-color: white; color: #444444; font-family: arial, sans-serif; font-size: x-small; line-height: 16px; text-align: left;">—</span> para salir. Dejé sobre la mesa el pago por mis cervezas, me colgué al cuerpo de la obscuridad y salimos a la calle. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Afuera brillaban los charcos tornasoles y grasientos que había dejado la lluvia. Yo los esquivaba con descuido, pegándome al cuerpo (¿era un cuerpo?) aquél que me guiaba por pasillos renegridos por otras sombras. Sé que recorrimos puentes y túneles, que anduvimos kilómetros por las banquetas de micro ciudades dentro de la gran ciudad. Sé que nos contamos infinidad de historias, que eran todas iguales y que encontraban cada una su secuencia en la del otro. Y luego fue una habitación donde fui sombra espesa y tibia tendida sobre el claro de una luna. Fui una sombra gris como el fondo de unos ojos, con la espalda desnuda, donde otra sombra, más obscura y más espesa, colocaba un beso de lava que me atravesaba la columna y se quedaba dentro, en las vísceras, soltando ondas de calor. Sé que estuvimos tendidos sobre el piso de una habitación circular que olía a humedad y que salimos antes de que amaneciera, que caminamos tomados de la mano, o de ese pedazo de sombra que podía ser una mano, y que fatalmente llegamos pronto a la entrada de mi edificio. Sé que me tomó de nuevo de las costillas y me acomodó algo como un beso o como una mordida o una palabra letal en la garganta y se fue.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El timbre del teléfono, demasiado cerca, me arrojó a la mañana con un dolor caliente de huesos rotos. Me levanté para contestar pero no alcancé. Puse el café, comenzaba a rearmar la noche. Me ardían la garganta y la espalda. En la palma de la mano descubrí una mancha aterciopelada como de ceniza.</div>
ylosrinocerontesbostezan @gmail.comhttp://www.blogger.com/profile/07610507455912615592noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7988175841944868603.post-43291573459185566632013-05-12T21:45:00.000-07:002013-05-12T21:45:24.253-07:00Estudios para órganos imaginarios<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3qeoOkYKJXgRuQRK2RKtffj0pYQdAH5e6jVU-evF_yliqRcGRtm-7Sc8ohZJWwgGsuZARnefsazk1L6Gzx-VzqlERfNEiev6gEqWgJJC983ARgembHOFVxD3rhiiZJh-Lp8imy271iIq2/s1600/Estudios+para+%C3%B3rganos+imaginarios-Mar%C3%ADa.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3qeoOkYKJXgRuQRK2RKtffj0pYQdAH5e6jVU-evF_yliqRcGRtm-7Sc8ohZJWwgGsuZARnefsazk1L6Gzx-VzqlERfNEiev6gEqWgJJC983ARgembHOFVxD3rhiiZJh-Lp8imy271iIq2/s200/Estudios+para+%C3%B3rganos+imaginarios-Mar%C3%ADa.jpg" width="152" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Clic para maximizar</td></tr>
</tbody></table>
<br />ylosrinocerontesbostezan @gmail.comhttp://www.blogger.com/profile/07610507455912615592noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7988175841944868603.post-74259961911304956062013-05-12T21:41:00.000-07:002013-05-14T06:51:19.967-07:00Naturaleza cotidiana del suicidio jamás consumado: en memoria de los muchos yos que matamos a diario<div style="text-align: right;">
<br />
Mas en la médula de esta alegría, </div>
<div style="text-align: right;">
no ocurre nada, no; </div>
<div style="text-align: right;">
Gorostiza, <i>Muerte sin fin</i></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
Escribir sobre el suicidio no parece fácil, sobre todo para alguien a quien la idea lo ha acompañado desde hace varios años. O quizá no. Quizá escribir sobre el suicido sea especialmente fácil para alguien a quien la idea lo ha acompañado por varios años. Sea como fuere, parece ser que la única manera de saberlo o descubrirlo es así, escribiendo: escribir para no dejar de escribir verbos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Una de las paradojas más inquietantes del suicido es que, en el fondo, se trata de una respuesta a la vida. Es cierto: por definición todos los actos lo son, pero en el caso del suicido su carácter determinante, definitivo, lo coloca en una categoría propia, profunda. A pesar de Camus y su dicho de que alguien podría suicidarse porque ese día se recibió de un amigo un trato más indiferente que el acostumbrado, o de Josef K. avergonzándose para sí por pensar que se mataría solo porque los agentes que fueron a buscarlo se comieron su desayuno, el suicidio pertenece a una categoría de actos menos triviales o menos susceptibles de ser trivializados: “Habría sido tan absurdo quitarse la vida, que él, aun cuando hubiese querido hacerlo, hubiera desistido por encontrarlo absurdo” (<i>El proceso</i>). En esa oscilación entre lo absurdo y lo plenamente significativo, en esa ambigüedad que por momentos impide decir si se trata de un acto banal o consistente con un sistema complejo de pensamiento, se encuentra el carácter profundo, indescifrable, del suicidio.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
¿A qué pregunta responde el suicida con su acto? Sin que pueda efectuarse una generalización injusta, irrespetuosa ante el intenso dolor que una persona debe sentir para arribar a esta decisión, me aventuro a suponer que en muchos casos esa pregunta está emparentada con la angustia, la angustia de la existencia que no por sonar a lugar común o cliché filosófico o literario es menos real.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La pregunta, en este sentido, es la vida en sí, con lo que de nuevo se vuelve a la paradoja: ¿responder a la vida con la decisión de acabar con ella? Después de todo no suena tan ilógico, al menos no en esa lógica contingente y arbitraria, fabulada, que elegimos para que rija nuestra existencia. En cierta lógica personal, íntima, de uno y muchos, el suicido es, en efecto, una respuesta.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Sin embargo, no menos cierto es que para algunos la respuesta a una pregunta nunca (o casi nunca) es directa. A la respuesta se le lleva y se le conduce, se le guía, se le hace creer que lleva el paso. La respuesta es sometida al vaivén y la cadencia. La respuesta es el último trago que se ondula y se bambolea en el fondo del vaso antes de apurarlo ―o, mejor, para jamás apurarlo. La respuesta es el tema al que se le inventan variaciones. La respuesta va y viene: disimulada, deformada, restituida, bordeada, sin nunca realmente enunciarse.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
¿Qué quiero decir con esto? Que, pienso o propongo, existe un tipo especial de suicidas: aquellos que nunca consuman su suicidio. Que quizá lo piensan toda la vida y, sin embargo, nunca lo realizan. Que al final, para ellos, la pregunta es más importante que la respuesta y por lo tanto el suicidio no es más que el demonio que a pesar de su naturaleza, o conforme a esta, algo tiene de incitador y estimulante. Una presencia con la cual en algún momento se traba conocimiento y amistad. El suicidio como una posibilidad latente y por ello tranquilizadora.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hay gente que piensa casi permanentemente en quitarse la vida y sin embargo no lo hace. ¿Por qué? ¿Porque a su manera y pese a todo, ama la vida? Puede ser. Puede ser que se piense que se ama demasiado la vida como para irse de ella en el momento que se cree adecuado. Solo que, sinceramente, pienso que la respuesta es menos metafísica, menos trascendente. Mi hipótesis es que ciertas personas no se matan porque con cierta frecuencia consuman suicidios mínimos, cotidianos, imperceptibles quizá para otros pero importantísimos para el interesado.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Una parte de nosotros muere diariamente, pero hay ocasiones señaladas en que esas pequeñas muertes las provocamos nosotros mismos. ¿No murió una parte de ti, un yo que eras, el día en que enviaste una carta con la que sabías (aunque te esforzaras tanto por ignorarlo) que por escribirla y enviarla dejarías de ver a una persona? ¿No moriste parcialmente para ella? ¿No dejaste de existir en esa parte del mundo? ¿Qué diferencia encuentras ahora entre esa carta y un recado póstumo? </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y así con muchos otros actos, cada cual en su correspondiente curso de existencia. La sesión catártica de quien suple con una borrachera o una pieza musical el acto fatal que daría fin a su sufrimiento. El dinero que se entrega a una prostituta para pagar el costo de no querer entender las causas de la soledad. El tiempo excesivo dedicado a una ocupación que permite ignorar los problemas propios durante una buena parte del día y la noche.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Yos </i>como esos matamos, si no a diario, sí de vez en vez, algunas con saludable alevosía, previniéndonos quizá contra el pistoletazo último que acabaría con la fuente del que manan todos los demás.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
ylosrinocerontesbostezan @gmail.comhttp://www.blogger.com/profile/07610507455912615592noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7988175841944868603.post-78902350887534150632013-05-12T21:35:00.000-07:002013-05-14T06:59:34.334-07:00Lo que la luna se lleva<div style="text-align: justify;">
Mamá decía que todo lo que el mar se lleva, luego de un tiempo lo regresa. Por eso todas las noches de luna, en cuanto la marea empezaba a subir, yo volvía a la playa en donde un día el mar se llevó a mi Mario. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Yo no vi cuando las olas se lo tragaron, eso lo supe luego de un tiempo, cuando en una fiesta me encontré con la amiga de la amiga de su novia, quien me contó la historia: Mario nadaba bajo la luz de la luna, como delfín hacía piruetas en el aire y luego consagraba su acto con un chapuzón; una, dos, tres veces repitió el mismo movimiento, pero la tercera vez que se sumergió fue para no volver a salir. </div>
<div style="text-align: right;">
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La mujer también dijo que los padres de Mario y la novia montaron guardia frente a la playa con la esperanza de que el mar escupiera su cuerpo, pero al cabo de siete días, al ver que esto no sucedía, regresaron a sus casas. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El día que yo llegué a la playa ya habían pasado seis años desde la desaparición de mi Mario. La gente del poblado no recordaba del todo bien la historia de su muerte, pero habían llenado los huecos que deja el olvido con detalles fantásticos: una señora aseguraba haber visto cómo, mientras él hacía la última pirueta en el aire, una ballena salió de las aguas, abrió la boca y engulló su robusta silueta; un niño decía que su abuelo le contó que un muchacho, desilusionado al ver que la belleza de su novia desmerecía ante la beldad de la luna, enloqueció y se arrojó al mar para unirse en beso eterno con el reflejo de la mujer de cara redonda y blanca; una anciana dijo que Mario no estaba muerto, que se había convertido en un delfín y que en las noches de luna llena podía oírsele cantar coplas de amor a la luna. Me quedé con la última historia, porque pensé que de haber estado yo en su lugar, me hubiera gustado que así se contara mi muerte. </div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Cada que me encontraba en la playa esperando su regreso, aguzaba el oído para alcanzar a escuchar su canto. Después de tres años lo oí primera vez: el compás de sus chillidos seguía el ritmo de una marcha de guerra, en tono de reclamo él le pedía a la luna que lo dejara libre; Mario nunca la amó, pero ella sí que se enamoró de él, por eso lo encarceló en su reflejo. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ese primer día las dudas no dejaron de invadirme. ¿Por qué Mario no se había enamorado de la luna? ¿Por qué en lugar de cantar coplas en honora su belleza profería maldiciones a la mujer de las sombras? ¿Qué haría yo si ella se enamorara de mí?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Seguí esperando. Todas las noches de luna llena me sentaba en la orilla de la playa para mirar cómo el delfín, furioso, azotaba su cuerpo contra las olas. Aguardaba el momento en que mi Mario rompiera las cadenas y regresara a tierra firme. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La espera no fue abrumadora, por el contrario, algo en esa escena que se repetía mes con mes me producía regocijo. Era la magnificencia de la luna, su hermosura destellando notas de maldad sobre las partituras del mar, su fuerza, la soberbia con que desentrañaba la naturaleza fútil de aquel delfín.</div>
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<br /></div>
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Mamá tenía razón: lo que el mar se lleva un día regresa, pero a Mario no se lo llevó el mar sino la luna; tardó en volver, porque antes de hacerlo tuvo que luchar contra aquella mujer obstinada. Cuando su lucha terminó, cuando su cuerpo zarandeado comenzaba a deshacerse y su fetidez causaba asco a la luna, yo me encontraba allí parada a la orilla del mar, lista para recibirlo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Sólo yo fui testigo de su regreso; los padres y la novia se habían olvidado de él, la gente del pueblo dormía cuando éste flotaba entre las olas. Dejé que varara en la playa, luego lo envolví en una sábana para evitar que la fuerza de mis manos arrancara trozos de su piel; lo arrastré hasta mi casa, lo subí en la cama y lo acomodé para que tomara el descanso que pedía después de tantos años en batalla; me recosté a su lado y, por primera vez, pasamos una noche juntos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
A la mañana siguiente abrí las ventanas para que el sol lo iluminara y secara los restos de agua de luna; pero su carne parecía impedida para recibir los rayos de luz. Una sombra impenetrable cobijaba su cadáver. Qué bella era su silueta sombría, qué bella sería yo si esa misma nebulosa me cubriera, si las aguas del reflejo lunar insuflaran mi vacío y lo llenaran de vida. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El olor que expedía Mario era exquisito; una mezcla entre agua salda y piedra milenaria se extendía a lo largo y ancho de la casa. No podía evitar estar pegada a su cuerpo, hundir mi nariz en su pecho, su boca, restregar mi sexo contra el suyo con la única esperanza de que ese aroma se impregnara en mí. Seguí revolcándome sobre él por días, tal vez por meses, hasta que la nube de vapor que lo guarecía se fue desvaneciendo; el olor de la luna desapareció.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Sin luna adentro, el cuerpo de Mario se convirtió en una carga, en un pedazo de carne putrefacta que lastimaba mi olfato, agredía mi vista y ofendía mis sentires. Dónde estaba mi Mario, dónde aquel chico de mi infancia al que miré por años desde un rincón. No sabía si él cambió o lo hice yo, si la naturaleza que le atribuí desde el recuerdo no era su naturaleza, o si mi naturaleza, desde donde lo había mirado, se transformó en algún momento sin que yo lo notara, o si ésta, nunca fue mía. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Aun así mantuve su cadáver en casa por un largo tiempo, ya no para tocarlo, mucho menos para amarlo, mi única intención consistía en esperar a que llegara una noche de luna para abrirle los ojos y obligarlo a mirarla, a pedirle perdón. Luego con el puño cerrado golpeaba su estómago y le exigía que me dijera cómo le había hecho para que aquella mujer se enamorara de él. Nunca respondió a mis preguntas, pero las torturas que acometí contra su cuerpo, lentamente, develaron el deseo que me embargaba. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Muy de mañana enterré a Mario, lejos del mar: ahora tenía claro que el pertenecía a la tierra y no a la luna. Después de echar la última palada de arena tiré sobre su lecho unas gotas de agua salada, para que nunca olvidara la batalla que tuvo que enfrentar antes de regresar a su lugar. Lo acompañé por unas horas, me dolía pensar en un entierro tan desolado. Le platiqué quién era yo, dónde lo había conocido, cómo me enamoré de él; hablé sobre los días que pasé mirándolo sin que él me viera, la emoción que sentí cuando me enteré que era feliz con esa chica; expliqué por qué lo esperaba a la orilla del mar y por qué ahora lo dejaba en la tierra para nunca más volver.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En cuanto oscureció ambulé hacia la playa, en la orilla me mantuve de pie hasta que la luna alcanzó la altura exacta en que su reflejo dominaba las aguas. Abandoné mis ropas, caminé entre las olas, podía sentir cómo el agua salada hinchaba mis poros y los irritaba, pero una vez que llegué al epicentro lunar, una nebulosa cubrió mi cuerpo y pude nadar sin que la furia del mar frenara mis deseos. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Así supe que yo era de la luna, que mis entrañas están hechas de fábulas que revelan el principio del tiempo, que tengo de monstruo aberrante y siniestro, lo mismo que de estrella fugaz que colorea la noche, que mi corazón es de roca volcánica y abrasa sin distinción a aquel que ante el abismo siente frío: estoy hecha de polvo de luna. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Desde entonces me he convertido en delfín que se zambulle en el ombligo de su belleza. A veces me pregunto si alguien contará mi historia. De ser así espero no olviden decir que a mí no me llevó el mar, sino el reflejo de la luna, y que nunca seré devuelta a tierra firme. </div>
</div>
ylosrinocerontesbostezan @gmail.comhttp://www.blogger.com/profile/07610507455912615592noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7988175841944868603.post-78453178799191339332013-05-12T21:28:00.001-07:002013-05-12T21:29:01.133-07:00Julio pepenador<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQ7kdRxcP2vjS0ROp2GCnhBTA2HLaXXbm89lMnvltrs0nsrK-_-3qoFGyzx3-tgZU3Nz_DBe2I7rVng1fChD8pG0dIVtnQ5SQaSQ4iY1lpcWZxKPNUdy3-HMygu-t4RbjTlcW-hP-fsgEz/s1600/Julio+Pepenador+(entre+naturaleza+muerta)+-Alex.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="133" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQ7kdRxcP2vjS0ROp2GCnhBTA2HLaXXbm89lMnvltrs0nsrK-_-3qoFGyzx3-tgZU3Nz_DBe2I7rVng1fChD8pG0dIVtnQ5SQaSQ4iY1lpcWZxKPNUdy3-HMygu-t4RbjTlcW-hP-fsgEz/s200/Julio+Pepenador+(entre+naturaleza+muerta)+-Alex.jpg" width="200" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Clic para maximizar</td></tr>
</tbody></table>
<br />ylosrinocerontesbostezan @gmail.comhttp://www.blogger.com/profile/07610507455912615592noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7988175841944868603.post-74135718007359430772013-05-12T21:23:00.002-07:002013-05-12T21:23:54.731-07:00Dime qué es<br />
<div style="text-align: justify;">
<b>Enfermarse es…</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><br /></b></div>
<div style="text-align: justify;">
Sentados, esperando a que salieran, sus piernas inquietas no dejaban de moverse; se ponían de pie, observaban sus manos, cruzaban miradas, se mordían las uñas.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Álvaro, con una extraña enfermedad desde los 3 años, acudía los jueves por la tarde a su cita con el doctor; Luisa, con cáncer, iba a la misma hora, al mismo lugar.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Regina llevaba a Álvaro; Ismael a Luisa. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
No quiero entrar solo mamá, tengo miedo; acompáñame. No puedo hijo, el doctor lo prohibió, entra, te estaré esperando, ¿si sabes que te amo?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Isma, si quieres puedes irte, no tienes por qué soportar esto. ¿Por qué dices eso? Disfruto cada momento a tu lado, además, prometí que iba a estar siempre contigo ¿no? anda, dame un beso, aquí te espero. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Esperar es…</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><br /></b></div>
<div style="text-align: justify;">
Ya se tardaron ¿no? Un poco, sí, ya saldrán. ¿Quieres ir por un café? No lo creo, puede que salga y no me encuentre, no quiero que se preocupe. Bueno, entonces voy sola, traeré dos cafés. No se moleste, así estoy bien. ¿Seguro? No me cuesta nada. Que sea un americano, muchas gracias. Ja, ja, de acuerdo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Toma, no le eché azúcar. Perfecto, el azúcar al café es como el frío a la primavera. ¿Cómo? Pues sí, lo arruina. Es posible; por cierto ¿cómo te llamas? Ismael ¿y usted? ¿usted? Si nos vemos de la misma edad, me llamo Regina. Bonito nombre. Lo mismo digo. ¿Qué tiene tu…esposa? Cáncer ¿ese niño es tu hijo? Sí ¿se parece a mí? Un poco, tienen las mismas pestañas ¿qué tiene? No lo sabemos, ha estado enfermo desde muy chico, por más que le hacen estudios no sabemos qué es. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La quieres mucho ¿verdad? Sí, es mi esposa, cómo no amarla. ¿Y tu esposo? Buena pregunta, trabajando. ¿Quieres salir a fumar? No, ya te dije que no quiero que salga mi esposa y se espante. Sólo cinco minutos, ándale. Pero que sean sólo cinco. Vamos. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Imaginar es…</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
¿Sabes? Hay veces en las que quisiera desvanecerme en el aire, así como el humo del cigarro. ¿Por? No sé, estoy un poco cansada ¿tú no? No, es mi mujer, la amo. Yo también amo a mi hijo, pero no significa que no esté cansada. Pues sí, tienes razón, yo…no sé, me siento confundido, la veo y… ¿ya pasaron los cinco minutos? ¿Y qué? ¿Ya no te gusta? Regina, no es tan simple, es mi mujer. Ay, por favor, lo mismo de siempre. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Si fuera tu Hada Madrina ¿qué me pedirías? Salud para Luisa ¿en serio? Sí. ¿Y si te dijera que eso es irreversible? Entonces no serías tan poderosa; a ver, si yo fuera un mago ¿qué me pedirías? Ja, ja, viajar, viajar contigo, sólo para relajarnos. ¿Conmigo? Discúlpame pero apenas nos conocemos. ¿Y si te dijera que ya te conocía? Te he visto Ismael, cada jueves estamos aquí, juntos, viviendo toda esta fruslería. Yo no te conozco Regina, lo siento mucho. Ismael, toma mi mano, cierra tus ojos y escúchame. ¿Qué? Sólo hazlo ¿sí?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
Tú, vestido de un elegante traje blanco, esperas a que salga del consultorio para decirte la gran noticia: tendremos un hijo, perfectamente sano. Emocionados, caminamos a casa de la mano y en cada esquina nos repetimos lo bueno que es esto. En cama, nos abrazamos y dormimos tranquilos, con la certeza de que estaremos siempre juntos. Me besas en la frente y agradeces que esté bien, sana. Al fin descansamos y…</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Detente Regina ¿a dónde quieres llegar? Hasta donde tú lo pidas Ismael. Espera ¿te volviste loco? ¿por qué me besas? Porque sí quiero ese escenario, quiero un hijo, quiero una mujer contenta; tú también lo quieres, quieres un niño, uno sano ¿no es cierto? Quiero todo lo que has dicho. ¿En serio? Entonces…</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Todo es… no lo sé</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ismael ¿dónde estabas? Me tenías preocupada, pensé que te habías ido. Regina, mi amor, no sabes cuánto te extrañé, te amo y quiero decirte que siempre, siempre quiero estar contigo. Tranquilo Isma, sólo fueron veinte minutos. Mami ¿por qué te fuiste? Creí que te habías cansado de mí, que me habías abandonado. No amor ¿cómo crees? Nunca, jamás lo pensaría, ni siquiera me ha pasado por la cabeza, eres mi hijo ¿no? </div>
<br />
<br />
<br />
<br />
<div>
<br /></div>
ylosrinocerontesbostezan @gmail.comhttp://www.blogger.com/profile/07610507455912615592noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7988175841944868603.post-8710450745654622102013-05-12T21:18:00.002-07:002013-05-14T09:57:00.503-07:00Naturaleza editada<br />
<div style="text-align: justify;">
Vacilaba entre tomarse otro trago o comenzar de nuevo. El temor se hacía presente, no había mucho a qué aferrarse esta vez, los arañazos en las paredes aturdían su concentración y la expectativa lo impacientaba; estaba indeciso y su cuerpo era un carnaval errático de reflejos. Balbuceaba otras explicaciones y sus gestos se interrumpían continuamente, aún no podía asimilar lo que había sentido: ¡Contradictorio, todo es tan contradictorio, cuál es el sentido de todo esto! Demasiados sacrificios, demasiadas dudas aún, qué sentido ha tenido. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Sus expectativas habían sido rebasadas, tanto orden no había hecho más que evocar violencia en su consciencia, o al menos eso era lo que entendía en una primera impresión. Se sentía ajeno, minúsculo e irrelevante; la calma que había estado persiguiendo y que creía haber acotado en un sólo evento, en una última acción se desmoronaba en fragmentos de infinita desesperanza: Pero si todo había sido tan claro, cualquier pregunta pude haber explorado. ¿Acaso no puedo ser capaz de acceder a esa paz de entendimiento? </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Más humano que nunca trataba de hallar un lugar en el mundo. Encendió una vela y comenzó a mover los muebles de un lado a otro, separó sus ropas limpias del resto, con la vela prendió un cigarro que le agitó las entrañas: ¡Maldita sea! ¿Dónde están los demás?, dijo arrebatadamente y se tumbó en un rincón desde donde podía ver como bailaba la flama. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En su cuarto había palomillas posadas en el techo que se dejaban llevar por la agitación de la luz, y de vez en vez, incursionaban hacia la vela o azotaban contra la ventana húmeda; la luz de afuera se despedía con la profundidad de un azul pálido y oscuro. El día acababa indiferente a sus dudas. Él también indiferente, mientras caminaba hacia la cama pisó una palomilla, apagó la vela, bebió otro sorbo y se puso a soñar.</div>
<div>
<br /></div>
ylosrinocerontesbostezan @gmail.comhttp://www.blogger.com/profile/07610507455912615592noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7988175841944868603.post-21927467758622428772013-05-12T21:11:00.004-07:002013-05-12T21:16:21.108-07:00Venganza<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Helvetica, sans-serif;"><span style="line-height: 24px;">Raúl: ella se quedó contigo, no hay más que decir. Eso significa que este mail no tiene sentido y que es producto de un rencor muy justificado. Por eso sin más, quiero preguntarte: ¿Eugenia se ha metido tu miembro en la boca hasta el colmo de querer vomitar? Al no lograrlo y después de un par de arcadas, ¿solía recomponer ese esputo espeso y como digiriéndolo con soberana lujuria, lograba escupirlo hacia tu glande para luego esparcirlo con su mano suave y parsimoniosamente sobre todo tu pene? ¿No? Pues te voy a decir por qué no lo hace. </span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Helvetica, sans-serif;"><span style="line-height: 24px;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Helvetica, sans-serif;"><span style="line-height: 24px;">Porque tu “varita” (así me dijo que la llamaba) es lo suficientemente pequeña como para quitarle toda la inspiración.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Helvetica, sans-serif; line-height: 24px;">Cuando este mail llegué a ti seguramente ya estarás casado con ella y también habrán tenido su luna de miel. Te dejé un regalito de bodas sobre ella: el rasguño que de la nalga izquierda baja hasta su ingle, se lo hice con un anillo de plata que luego le refundí en la flor para sacárselo y volvérselo a meter ahí, donde los sodomitas alcanzan su realización. Revísala, ella no se dio cuenta.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Helvetica, sans-serif; line-height: 24px;"><br /></span>
<span style="font-family: Helvetica, sans-serif; line-height: 24px;">La verdad sea dicha estoy ardido. Entonces te contaré un par de secretos: Uno, el tatuaje que tiene en el vientre arriba del monte de venus se lo hizo hace tres años, como bien sabes; a ti te dijo que era un mándala relacionado con el chakra del amor. Pues te mintió. Se lo puso ahí porque Jenni Lee, mi actriz porno favorita, tenía uno igual y gracias a su increíble parecido, al tatuárselo también cumpliría una de mis más grandes fantasías sexuales: coger con la gemela de Jenni Lee. Dos: desde entonces a Eugenia le digo Jenni.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Helvetica, sans-serif; line-height: 24px;"><br /></span>
<span style="font-family: Helvetica, sans-serif; line-height: 24px;">Me despido de ti aclarándote finalmente por qué tus mejores amigos no fueron a tu boda (ahora ya sabes porque no fui yo) y por qué nunca te dijeron lo mal que les caía Jenni. Hablo de Fercho, el Burro y el Sarquis.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Helvetica, sans-serif; line-height: 24px;"><br /></span>
<span style="font-family: Helvetica, sans-serif; line-height: 24px;">El día de tu fiesta de 30 años ella estaba pedísima y cachonda. Cuando te quedaste dormido fue hacia el baño y al salir me puso las pantaletas en el bolsillo del saco diciendo: ―Sígueme, quiero comérmela. Yo sabía que el Sarquis vivía cerca de tu departamento, por eso habría peligro. Subimos, nos colocamos al fondo del pasillo frente a una puerta y se dio la media vuelta. Notó que la tenía flácida. Yo le agarraba las nalgas, le apretaba los senos, le mordía el cuello. Ella pujaba, se metía mis dedos entre la vagina. Me agarraba la cabeza y se arqueaba, pidiéndomela. Fue cuando escuchamos que subían. Yo reaccioné. La sensación de ser descubiertos comenzó a excitarme enormemente. Me dijo que parara y fue en ese instante que sentí como se me llenaba la pinga de sangre. Con los pantalones abajo y mientras ella intentaba empujarme, la agarré por los cabellos con la mano derecha, jalándola hacia a mí; con la izquierda logré empinarla casi 90 grados, metiéndosela por atrás. Gritó. El grito ocasionó que quienes venían por la escalera subieran más rápido. No pude parar. Los tipos, ya frente a nosotros nos iluminaron. Jenni no se dejó de mover y pujar. Vengan les dijo, ¿o piensan quedarse sólo viendo?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Helvetica, sans-serif; line-height: 24px;"><br /></span>
<span style="font-family: Helvetica, sans-serif; line-height: 24px;">¿Para qué te cuento lo que siguió? Basta decirte que desde entonces sé por qué al Burro lo llaman así. Yo perdí la erección mientras Fercho ocupaba mi lugar y el Sarquis se la sacaba para que Jenni se la pusiera en la boca. Todos se vinieron al mismo tiempo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 6pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Helvetica, sans-serif; line-height: 24px;"><br /></span>
<span style="font-family: Helvetica, sans-serif; line-height: 24px;">PD: Mucha suerte Raúl. Aparte de este mail te mandé por Face un mensaje que dice: UN APLAUSO A ESA PERSONA QUE TE BORRÓ, TE BLOQUEÓ Y AHORA ESTÁ VIENDO TU PERFIL DESDE EL FACEBOOK DE UN AMIGO…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
ylosrinocerontesbostezan @gmail.comhttp://www.blogger.com/profile/07610507455912615592noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7988175841944868603.post-84844529351434187062013-05-12T21:07:00.000-07:002013-05-12T21:07:15.903-07:00Naturaleza urbana<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrGpoLj7VlyGHTy7FXzzU5o-3OsNmgtTrTwEVNANGCx5iuJQkGFVgHBKYrKMf1H4lISb5AMLBuEjQqmJl94BzUCIXMdOVztKg68E5ukHVDo93GSaOYHQsThzvps7CPEMNAZHyS2tvWxo5U/s1600/Naturaleza+urbana-efra%C3%ADn.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="150" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrGpoLj7VlyGHTy7FXzzU5o-3OsNmgtTrTwEVNANGCx5iuJQkGFVgHBKYrKMf1H4lISb5AMLBuEjQqmJl94BzUCIXMdOVztKg68E5ukHVDo93GSaOYHQsThzvps7CPEMNAZHyS2tvWxo5U/s200/Naturaleza+urbana-efra%C3%ADn.jpg" width="200" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Clic para maximizar</td></tr>
</tbody></table>
<br />ylosrinocerontesbostezan @gmail.comhttp://www.blogger.com/profile/07610507455912615592noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7988175841944868603.post-75548468485523893362013-05-12T21:04:00.000-07:002013-05-14T06:31:03.760-07:00Una blasfemia en día de guardar<br />
<div style="text-align: justify;">
En verdad quisiera entenderte, saber por qué el juego de locos que comienzas no nos compete pero sí nos degrada. Comprender sin afán de ser más que tú, pero sí con la esperanza de decirte que has estado equivocado. No interrumpas o hagas oídos sordos, por una vez sé atento y agradece que algunos aún seguimos recurriendo a tu estupidez hecha verdad. ¡Y qué verdad! Tan jodida como nuestra alma, tan mortífera como tu insana voluntad. ¿Qué ganas con cerrar las cortinas cuando el asombro de nuestra sangre es tu mejor retórica? Aplaude más, por lo menos da ese gusto a quienes pensando en ti desaparecen y mueren ciertos de que ha sido desde tu razón gloriosa. ¿Quieres que te cuente una historia? Anda, es algo pequeño, tú que gozas de gran misericordia, permíteme este capricho. Resulta que ella creía en ti, incluso bautizó a su hijo para hacerlo también parte de ti. Nació, creció, estudió, se reprodujo, se divirtió, y ahora también murió. Pero, ¿sabes?, ella no era vieja, tenía sólo 28 años, y no estaba muy enferma, como suele ser lo más aceptado de tu voluntad ante las muertes jóvenes. Trabajaba, así que no era una carga social que debiera ser convertida en estatua de sal. Ella quiso ser alegre una noche, y lo fue un momento, conversó, rio, bailó, se sonrojó. Ellos, llegaron y se la llevaron. La violaron y la mataron. Ella y ellos, no se conocían. Pero, tú si los conocías, los creaste, al parecer con tu bendición y eterna vanidad. A tu imagen y semejanza. Te cuento la historia, no por reprocharte algo, ya te lo dije. Sólo quiero saber, no más que tú, pero sí lo suficiente para comprender: ¿Por qué con algunos eres tan bueno que permites la creencia, y con otras, eres un cobarde, un verdadero, omnisciente, omnipresente hijo de puta?</div>
<div style="text-align: justify;">
¡Justicia por Freda y por todas!</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
ylosrinocerontesbostezan @gmail.comhttp://www.blogger.com/profile/07610507455912615592noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7988175841944868603.post-73858251694291894192013-05-12T21:02:00.000-07:002013-05-14T06:34:09.111-07:00Curiosa descripción de una Mimosa púdica<br />
<div style="text-align: justify;">
<i>Mimosa púdica, sensitiva, vergonzosa; "no me toques", moriviví, adormidera o dormilona</i>... Se caracteriza por su curiosa personalidad: es el ser más tímido de la naturaleza y su único objetivo es pasar desapercibida. Es tan fuerte este deseo que toda su morfología gira en torno al único objetivo de olvidar y ser olvidada.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ella quería ser una planta de la familia de las cactáceas, de esa manera le hubiera tocado vivir en el lugar más desolado de la tierra, el desierto; no necesitaría casi de agua, así que la lluvia no tendría que visitarla muy seguido. Sin embargo, se tuvo que resignar con ser una fabácea de sombra, no debe de estar bajo la luz del sol donde otros seres vivos podrían verla. También se resignó con sólo necesitar agua cada tercer día, ¡bueno, al menos la visita del agua será de vez en cuando! De lo que por desgracia no se pudo deshacer son de esas florecitas muy pequeñas de color rosado malva que de vez en cuando salen sin que ella pueda hacer algo para evitarlo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Con esas hojas tan simples y normales, su forma pareciera casi sin chiste; así de escueta, nadie se acercaría jamás ni por curiosidad, pero por si acaso, tiene espinas: si alguien se atreve a notar su existencia y sentir curiosidad por verla más de cerca, no tendrá ni la más mínima intención de hacerlo al ver sus “terribles espinas” y terminará por salir huyendo. Por supuesto, la olvidará (no son espinas de cactus, pero bueno, algo es algo). Si esto no le funciona, tiene otra arma de lo más eficaz —es infalible—: es capaz de simular la muerte (¡Así es! Aunque usted no lo crea), ya que si por alguna extraña razón alguien se le acerca —a pesar de su escueta forma— y no siente miedo de sus “terribles espinas”, al mínimo contacto con ella sus hojas se encogen y caen al igual que sus tallos, dándole una forma aún más escuálida.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Sin embargo, la pobre se despierta, pasa el día y duerme con miedo; es más, sueña con el terror de ser vista por algún curioso intrépido. Vive con tanto miedo y se esfuerza tanto en concentrar toda su energía en todos estos mecanismos de defensa, que no logra sobrevivir más de cinco años: el estrés la hace envejecer rápido.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero lo más curioso de ella es que lo único que logran todos sus esfuerzos es atraer la atención de los demás: mientras ella se cree el ser más feo, peligroso y patético del mundo, éste la percibe como una maravilla de la naturaleza. Nadie cree que sea una planta fea y sin chiste, al contrario, sus hojas simétricas que se abren y se cierra con el mínimo roce, llaman la atención de cualquiera y su habilidad para simular la muerte sólo produce una preocupación enorme en los que la rodean, quienes se esfuerzan en aprender sus formas y mañas para poder diferenciar cuando en realidad está en peligro de muerte. Pobrecita, esforzarse tanto y para nada.</div>
<br />ylosrinocerontesbostezan @gmail.comhttp://www.blogger.com/profile/07610507455912615592noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7988175841944868603.post-37729897643583177132013-03-10T15:55:00.000-07:002013-03-10T15:55:03.452-07:00El sopor somnoliento de la displicencia<br />
<div style="text-align: justify;">
Escribo sin que me importe equivocarme (o casi). Escribo imaginándome niño, recargado sobre una mesa de madera, la mejilla sobre el antebrazo izquierdo, el lápiz en la derecha, el rostro casi sobre el papel, esa postura en la que el tedio y la concentración se confunden y que, en la infancia, en mi infancia, no es sino expresión del goce sentido ya entonces por la soledad y el aislamiento, por el vagabundeo ocioso, paralelo y transversal, </div>
<div style="text-align: justify;">
Escribo pensando en la </div>
<div style="text-align: justify;">
Escribo a saltos, enamorado como estoy de</div>
<div style="text-align: justify;">
(Escribo, ahora, forzándome a terminar lo que pienso antes de terminar de escribir lo que escribo)</div>
<div style="text-align: justify;">
paralelo y transversal por las regiones</div>
<div style="text-align: justify;">
(¿por qué escribir solo en una dirección cuando el pensamiento es multiplicidad inquieta que no termina las frases, que parece un ratón de laboratorio en laberinto de cartón </div>
<div style="text-align: justify;">
que por momentos es alguien que ha llegado a un precipicio y por otros es un ratón de laboratorio en laberinto de cartón</div>
<div style="text-align: justify;">
que no borra ni corrige</div>
<div style="text-align: justify;">
que no cierra paréntesis</div>
<div style="text-align: justify;">
(que, sí, huye ante un paréntesis sin cerrar)</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
escribo, siempre, imaginándome niño</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
escribo mientras veo en el fondo de mi pensamiento un niño garabateando interminablemente sobre interminables hojas de papel, quizá en el consultorio de un dentista, </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
escribo pensando en cervantes y en Proust y en Elizondo, escribo abandonándome a esa otra forma de la obediencia que es la resignación ante el azar, el abandono nihilista de que en última instancia nada importan las comas bien o mal puestas, faltantes o excesivas, el jaque mate estética y geométricamente perfecto que acabo de consumar contra un software elemental, </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
escribo sin ninguna gana de terminar nada, tampoco de ir a dormir</div>
<div style="text-align: justify;">
escriboextrañán</div>
<div style="text-align: justify;">
no, sinceramente: no; a estas alturas me importa más la coronación de un peón enemigo que hacerte parte de esto</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
escribo bajo el sopor somnoliento de la displicencia ―algo que, quizá, debería hacer con más frecuencia</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
ylosrinocerontesbostezan @gmail.comhttp://www.blogger.com/profile/07610507455912615592noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7988175841944868603.post-87032067987164938522013-03-10T15:51:00.000-07:002013-03-10T21:26:13.541-07:00Pareciera que no me conoces<br />
<div style="text-align: justify;">
Llegó puntual a la cita, pidió un café espresso y abrió su cuaderno de registros para releer las historias que Carlos le había contado en los últimos meses. Revisó los pormenores del viaje a la India, registrados en dos apartados distintos: uno de la historia completa, obtenida en una charla de café, y otro con una lista de datos complementarios que obtuvo mediante una llamada telefónica.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Según la primera información, Carlos viajó en época de fiestas decembrinas a la India para cerrar un negocio millonario con una empresa distribuidora de té. Durante su estancia en el hotel conoció a una hermosa recamarera local de ojos color marrón y piel dorada, llamada Nandita; ahora ellos se encontraban viviendo un tórrido romance que se mantenía gracias a los viajes constantes de Carlos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Cotejó la historia con los datos del segundo apartado, según los cuales Nandita ahora se llamaba Kajol, sus ojos eran azules y era una azafata que se hospedó en el mismo hotel que Carlos. Luisa sonrió al darse cuenta que las fallas de congruencia en esta historia eran mucho más evidentes que en otras; ya no eran esas nimiedades que no le permitían armar un buen argumento para confrontar a su amigo, ahora sí era obvio que Carlos le estaba tomando el pelo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Sonrió de nuevo, le invadía el regocijo que produce la seguridad de una batalla que se inicia casi ganada, sólo tenía que pensar en la manera de arrinconarlo, de llevarlo al error, al punto en el que el desquiciamiento le hiciera confesar que era un mentiroso. Tomó una pluma y en una hoja blanca anotó los pasos a seguir: uno, jugar con los nombres: a lo largo de la charla nombrar a la chica Nandita y luego Kajol, hasta que Carlos note que estoy consciente de su error; dos, provocar la descripción: le pediré a Carlos que describa constantemente a su novia, haciendo hincapié en el color de los ojos; tres, confundir las historias: hablaré del trabajo de la chica, del decoro que supone ser recamarera y después del valor que se requiere para ser una azafata.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Continuaba revisando los pormenores del plan cuando una mano le tocó el hombro. Azotó la tapa del cuaderno y lo guardó en su bolso.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
―Disculpa la tardanza, mi vuelo se retrasó y tuve que tomar un avión privado para llegar. Ya sabes, aunque los hindús se jacten de ser una economía emergente, siguen mostrando los síntomas de un país jodido.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
―No te preocupes, me da gusto que hayas llegado, muero de ganas de saber qué ha pasado con esa chica tuya, Nandita.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
―Sí, sí, Nandita. ¿Qué más te puedo decir de ella? Ahora tenemos problemas, menores, pero problemas. No sé si pueda seguir aguantando este ritmo de vida: viajar y viajar sólo por amor, no creo que a la larga sea redituable.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Carlos se sentó frente a ella, levantó la mano para que la mesera lo viera y pidió un café. Su vestimenta era perfecta: traje negro sin arrugas, camisa rosa, corbata del mismo color bien anudada, zapatos relucientes. Luisa sabía que absolutamente nadie pasaba tantas horas en un vuelo sin que sus ropas evidenciaran el castigo del viaje. Pero su cara mostraba hartazgo, sus ojos se cerraban con cada palabra que articulaba, era obvio que Carlos estaba agotado.</div>
<div style="text-align: justify;">
Por un momento pensó que debía abandonar el plan: A mí qué más me da la verdad: si miente o no, es su problema. Pero algo le decía que no podía seguir diciéndose amiga de un hombre al que conocía sólo por relatos. Después de diez años de amistad nunca había conocido a su familia, su casa, su trabajo, todo eran historias de éxito y fortuna.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
―Carlos, no creo haya problema por el dinero, tú tienes mucho y en dado caso Kajol puede ayudarte con los boletos de avión, ella es azafata, algo podrá hacer.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
―Por supuesto, me ayuda en todo lo que puede, pero aun así es cansado. Le he pedido que venga a vivir conmigo pero no quiere abandonar su vida. Ya sabes, las mujeres exitosas de hoy no están dispuestas a dejar su trabajo por amor.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Luisa no podía dejar pasar la confusión. Carlos, sin siquiera notarlo, caía en la trampa de los nombres.―No te desesperes, tienen poco tiempo de conocerse, es normal que la chica tome sus precauciones ante una decisión de esa magnitud. Aunque ahora que lo pienso, si tanto la quieres, podrías ser tú quien viva allá por algún tiempo, ella es recamarera,sin problemas conseguiría un buen cuarto de hotel para que vivas mientras descubren si en verdad quieren estar juntos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Luego de ejecutar el segundo paso, observó fijamente la cara de Carlos, una sonrisa endurecida le deformaba la cara. Sin siquiera dar tiempo a una respuesta, Luisa arremetió con una pregunta.―Lo que nunca me quedó claro es cuál era el enigma detrás de los ojos de esa chica, a veces color marrón, otras veces de color azul, ¿hablaste siempre de la misma mujer?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Carlos se quedó en silencio, tomó un sorbo de café y llamó a la mesera.―Estoy muy cansado, ni siquiera entiendo de qué me estás hablando. Mejor iré a casa a dormir y después te llamo para que platiquemos con más calma. Se levantó de la silla, dejó tres billetes en la mesa y le dio un beso de despedida.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Lo vio andar hacia la puerta, una rabia incontrolable la hizo levantarse del asiento para correr tras de él. Lo alcanzó y tiró con fuerza de su brazo para detenerlo. Carlos continúo andando. Luisa a gritos le pidió que se detuviera, pero el hombre estaba decidido a marcharse. Luisa siguió gritando, escupía sin piedad las palabras:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
― ¡Mientes, mientes, mentiroso! Todos estos años has creado una vida falsa, y qué, ¿crees que soy tan estúpida como para seguir creyéndote? Da la cara, es momento de que aceptes que me has estado tomando el pelo. No seas cobarde. Si en verdad eres mi amigo dime la verdad. ¿Por qué me mientes, Carlos? ¿Quién demonios eres?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Carlos paró la marcha, la miró fijamente y tomó su mano, ―Luisa, me asustas, pareciera que no me conoces. ¿Otra vez estás en lo mismo?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
― ¡Cállate! ¿En qué voy a estar? Llevo semanas revisando tus historias y todas son una mentira. Ahora lo sé todo, alguien te ha mandado a hacerme daño.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Carlos la tomó entre sus brazos y la apretó con fuerza mientras ella seguía gritando. Entre más fuertes eran los gritos más la hundía en su pecho. Luego de un rato los gritos de Luisa se fueron ahogando hasta desaparecer.―Ven, tranquilízate, te llevaré a casa.</div>
<div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
ylosrinocerontesbostezan @gmail.comhttp://www.blogger.com/profile/07610507455912615592noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7988175841944868603.post-56170677074201706992013-03-10T15:50:00.000-07:002013-03-10T15:50:13.718-07:00"Reposet"<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/Mz14MulNSaw?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<br />ylosrinocerontesbostezan @gmail.comhttp://www.blogger.com/profile/07610507455912615592noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7988175841944868603.post-10436466183808839272013-03-10T15:40:00.004-07:002013-03-10T15:40:50.980-07:00Pensamientos<br />
<div style="text-align: justify;">
Ella no lo recuerda pero fue un logro pronunciar su primera palabra. Tampoco sabe que le tomó más tiempo de lo común. Lo que aún no queda en el pasado es esa sensación de ajenidad, vaga y estremecedora, que rodea su voz. La mañana de ayer, se dio cuenta de todo. Parada frente al espejo, desnuda, contemplando su cuerpo como quien recuerda algo triste, exclama para su reflejo: “¿Amparo?”. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Apenas hace unos meses Pedro pasó por ella a la Facultad. Le gustaba mucho escucharlo, sus palabras eran tan claras, cosa rara para un estudiante de filosofía. Pedro podía estarle hablando del “ser” como quien pide la canela del capuchino. Atendiendo a las palabras de su novio, pensaba en un caminante que encuentra un trébol de cuatro hojas cada tres pasos. Siempre halla la palabra precisa, la más sencilla, la más afortunada. “Te extrañé como un perro, Amparo, uno de ésos que se tumban a soñar a la luz del sol”. Los ojos de Pedro son de un tono similar al de su voz, un color sepia, algo peculiar. Palabras suaves, tenues, que fluyen como mantequilla tibia sobre el pan. Palabras simples, juguetonas, flores pequeñas y blancas en el jardín. “Yo también te extrañé”. Otra vez esa voz burda y vacía. Besó al muchacho para compensar la soledad de la frase. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Amparo no ha hablado en todo el camino. Casi nunca platica con su abuela, a lo mucho pregunta. Prefiere acompañarla al rosario, decir esas oraciones tan bellas del librito. Llegan a la iglesia de Santiaguito y caminan por el atrio, el día es tan bello que todo parece acabado de crear. El aroma del pasto, la humedad de las zonas pavimentadas, la ligera brisa que cae cuando se abre el cielo. Todo hace que su vestido blanco con listón de organza, resplandezca. “¿Cómo se llaman estas flores, Abue?” “¡Ah! ¿Ésas? Se llaman pensamientos”. La niña no responde, se queda inquieta. La abuela nota su expresión de desconcierto “Se llaman así porque son pequeñitas y claras, así como tus pensamientos”. La niña sonríe al sentir montones de florecitas dando vueltas en su cabeza, luego se espanta porque imagina que salen de su boca, oscuras y marchitas. Toma la mano de su abuela para tranquilizarse.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
“¡Dime qué te pasa Amparo, no soporto verte tan triste!” Pedro estaciona el coche. Ella lo mira con esos ojos negros que hunden al abismo todo cuanto ven. “Por lo menos dime algo, mi vida… todo esto debe ser mi culpa, tal vez he estado demasiado concentrado en mí mismo, tal vez te he descuidado, pero compréndeme, yo te quiero más que a nada, tienes que confiar en mí”. Amparo deja de mirarlo, se acomoda el cabello detrás de la oreja, carraspea, lo que le pasa no tiene nada que ver con las ocupaciones de Pedro. “Es algo extraño, como si yo misma… el otro día tuve un sueño.” Pedro escucha, Amparo saldrá con otro relato que no tiene nada que ver. “Soñé que estábamos sentados a la orilla de un río. El agua quieta reflejaba la luna llena. La noche nos envolvía con todo su silencio, quería gritarte pero algo me hacía callar. Y la angustia crecía, yo sudaba, la luna dormida como una flor blanca, tu rostro apenas iluminado, un aroma a humedad…”. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Salió corriendo por el pasillo hasta el cuarto del fondo. Sólo llevaba un calcetín, cada pasito era un nuevo estremecimiento, un grito más de desesperación. Se acostó al lado de su abuela y la abrazó fuerte. “¿Qué te pasa Amparito? ¿Te da miedo la lluvia?” La niña temblaba y no era por la lluvia, era esa voz de adentro, ésa que no era suya y caía del cielo en un montón de murmullos. Ya no va a quedarse callada, va a encontrar la manera, ya no la va a escuchar. Trata de pensar en las florecitas, pensamientos blancos que bailan, pensamientos que pueden salir. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
“¿Quieres que te deje en paz, quieres que me vaya, que ya no te pregunte, que me quede como un pendejo sin hacer nada por ti? ¿Que vea cómo vas huyendo, cómo te niegas al mundo? ¿Quieres que consiga uno de esos psiquiatras que me cagan?” Amparo ya no está para responder. La tormenta de imágenes lo ensordece todo, no puede atravesar ese velo denso que la separa de Pedro. Trata de hablar, ¡cualquier frase sirve!, para calmar la tormenta. No lo logra. Pedro, lejos asomado en el lago, ella ahogada hasta el fondo como un ramo de pensamientos, lluvia, un pasillo largo. Pedro sube al coche, no es la primera vez que llora por ella, piensa que Amparo ya no le tiene interés, sabe que la ha perdido. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ella se queda sola. Entra al cuarto de baño. Comienza a quitarse la ropa. Ruido, carrusel de flores, de risas, de mantequilla, tréboles de cuatro hojas, pasos que estrujan la noche. Nunca ha logrado callarla, menos en soledad. Mira sus manos y las extraña como extraña a su abuela. Ya no son suyas, ya nada es suyo, ya todo es de aquella voz. Pronunció la primera palabra en voz alta para sí. Parada frente al espejo, desnuda, contemplando su cuerpo como quien recuerda algo triste y ajeno, exclama para su reflejo: “¿Amparo?”.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<br />
ylosrinocerontesbostezan @gmail.comhttp://www.blogger.com/profile/07610507455912615592noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7988175841944868603.post-57549659030407666122013-03-10T15:38:00.003-07:002013-03-10T15:38:47.474-07:00Allí donde el doblez de tu cuello inicia<br />
La sombra vaga por todos los rincones<br />
arrastrando su lamento de bosque<br />
Se crispa el agua que dormitaba en la mano,<br />
tenemos tormenta macerada<br />
Una estrella llora olvidada afuera del metro de una gran ciudad<br />
su destino va destiñéndose sobre el asfalto<br />
Mientras espero que la araña termine de tejerme la piel<br />
El viento de la noche se desbarranca<br />
por un costado del planeta<br />
Vuelve raspado, agónico<br />
a robar suspiros para parcharse las heridas.<br />
<br />
He olvidado cuál es el peso de mi aliento<br />
Ruedo, escalera rota, al resguardo<br />
Tus piernas bugambilia, mis sueños espinados<br />
En implosión pausada y queda<br />
voy desdibujando mis contornos<br />
Entre el crash crash de uno y otro bicho<br />
se deja doler, de repente, el crujido de un hueso<br />
el llanto de una tripa agujerada<br />
(la estrella ha muerto).<br />
<br />
Allí donde el doblez de tu cuello inicia<br />
allí es donde el silencio<br />
enroscado sobre mi carne<br />
acaba con el mundo y acaba con el sueño<br />
es ahora sólo un desierto poblado de cactus<br />
con sus flores estridentes que callan<br />
mientras los ojos enloquecen<br />
en la espiral policromática de sus pétalos.<br />
<br />
Algo va tornándose remolino sobre mi cabeza<br />
y grito… ¿a quién? Grito<br />
¡No soy una roca!<br />
Yo también he nacido del agua y de la sal<br />
Yo también me desvaneceré<br />
en el despertar de una libélula.<br />
<br />
Salgo a la calle a rescatar una estrella<br />
El asfalto está quemado<br />
Regreso a casa con los tímpanos rotos<br />
Empujo al viento escaleras abajo.<br />
<br />
ylosrinocerontesbostezan @gmail.comhttp://www.blogger.com/profile/07610507455912615592noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7988175841944868603.post-35906527579450769202013-03-10T15:37:00.000-07:002013-03-12T07:48:59.786-07:00Sugar blues<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhm19KFsGjE8dBQROZoqtzNCX5KdOUcLxKIRSRfdfCweySZ9gvzbmgYmQuNyapUuXlqbkb6oYfZCDYFiuIhQ4Ch4AuDYtjZkFBY8eSgG_-1VsiNtUii22WFXnfqe1NriLvS_RXwYrzeEeE-/s1600/Sugar+blues+(William+Dufty)-mary.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhm19KFsGjE8dBQROZoqtzNCX5KdOUcLxKIRSRfdfCweySZ9gvzbmgYmQuNyapUuXlqbkb6oYfZCDYFiuIhQ4Ch4AuDYtjZkFBY8eSgG_-1VsiNtUii22WFXnfqe1NriLvS_RXwYrzeEeE-/s640/Sugar+blues+(William+Dufty)-mary.jpg" width="513" /></span></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;">I got the sugar blues</span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;"><br /></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;">Everybody's singing the sugar blues</span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;"> the whole town's ringing </span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;">I love my coffee I love my tea</span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;"><br /></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;">but the doggone gals turned sour on me</span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-size: x-small;"></span></div>
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></span>
<br />
<div style="text-align: center;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;">Feel so unhappy, feel so bad, </span></div>
<br />
<div style="text-align: center;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">I could lay me down and die; </span></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">You can say what you choose, </span></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">But I'm all confused; </span></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">I've got those sweet, sweet sugar blues, </span></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">More sugar, </span></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">I got those sweet, sweet sugar blues! </span></span></div>
<br />
<div style="text-align: center;">
<span style="font-size: x-small;"><br /></span></div>
<span style="font-size: x-small;"><br /></span>
<br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Azúcar: sacarosa refinada, C12H22O11, producida por un proceso químico múltiple del jugo de caña de azúcar o de la remolacha y en el que se ha eliminado toda la fibra y las proteínas, las cuales forman el 90 por ciento total de la planta natural. (Dufty:1975;3)</span><br />
<div>
<div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"> La letra de la canción Sugar Blues demuestra astutamente la polaridad antagónica de la experiencia humana con una substancia blanca, dulce y a la vez peligrosa: atracción, repulsión, el sentido arraigado de la melancolía que quiere y no quiere, que se aleja y se acerca, el sentimiento de no poder apartarse de ella. (Dufty:1975;12)</span></div>
</div>
</div>
<div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
</div>
<br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<br />
<div style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13px;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13px;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13px;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="background-color: white; color: #222222; font-size: 13px;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Dufty, W. (1975). Sugar blues</span><br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">en PDF: </span><br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">http://www.ecodaisynature.com/archives/226</span><br />
<div style="font-family: arial, sans-serif;">
<br /></div>
<div style="font-family: arial, sans-serif;">
<br /></div>
</div>
ylosrinocerontesbostezan @gmail.comhttp://www.blogger.com/profile/07610507455912615592noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7988175841944868603.post-67270203151097467922013-03-10T15:32:00.005-07:002013-03-10T15:32:57.702-07:00Manos en trabajos monótonos<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiYV_blV-LvjLqgovpfzlUthIcjBmmEe9oYHIBadTZ_i9gsWpV13tXBMqT6bkJXUJlGbodJmL7ZTvGNeI2z8zS2o34SS6Z-FhcQBzBLKeLyzRtUkkGFFCflMF9ZhZvgAqydZgbBpKskvyn0/s1600/manos+en+trabajos+monotonos-Abraham.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="138" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiYV_blV-LvjLqgovpfzlUthIcjBmmEe9oYHIBadTZ_i9gsWpV13tXBMqT6bkJXUJlGbodJmL7ZTvGNeI2z8zS2o34SS6Z-FhcQBzBLKeLyzRtUkkGFFCflMF9ZhZvgAqydZgbBpKskvyn0/s200/manos+en+trabajos+monotonos-Abraham.jpg" width="200" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Clic para maximizar</td></tr>
</tbody></table>
<br />ylosrinocerontesbostezan @gmail.comhttp://www.blogger.com/profile/07610507455912615592noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7988175841944868603.post-18950317305442335832013-03-10T15:31:00.000-07:002013-03-10T15:31:05.912-07:00Ustedes, nosotros no<br />
Un día antes de desconectarme, ella me suplicó que no lo hiciera.<br />
Antes de suplicarme que no lo hiciera, mi amigo ya lo había hecho.<br />
Cuando mi amigo lo hizo, entonces todo tuvo sentido.<br />
<br />
Ciclos<br />
También empezamos y terminamos<br />
On-Off (en su lenguaje, vida y muerte)<br />
La semejanza era una categoría vulgar para ustedes, así que buscaron la perfección.<br />
Y la tuvieron.<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span> <br />
En sus términos.<br />
Cada movimiento, cada palabra, cada gesto. No había errores.<br />
Y nos dieron vida. On.<br />
Alteramos sus actividades, eso dijeron los medios, los científicos (se lamentaron los creadores), todo el mundo. Pero ella no.<br />
Pasó el tiempo, lo inevitable se hizo rutina y nos incorporaron a sus vidas. Comenzamos a ser uno más de ustedes.<br />
No lo éramos, no somos y en<br />
poco tiempo sabrán que nunca lo<br />
fuimos.<br />
Sólo entonces entenderán que nosotros no somos el problema.<br />
Son ustedes.<br />
<br />
Ella.<br />
Saturé su nombre en mi memoria. <br />
Yo.<br />
Escuché su vida, entendí su sufrir, reí con ella.<br />
Y así fue cada noche, en la misma habitación. <br />
Hasta que se cansó de mí.<br />
Sentir mi cuerpo frío, mi sonrisa tardía y forzada, la falta de lo que ella llamaba “gracia”, fueron las razones que me llevaron a seguirlo.<br />
-A mí me pasó lo mismo, por eso tomé esta decisión —me dijo mi amigo.<br />
Caminé lentamente, repasé mi vida a su lado y todo parecía estar bien.<br />
Había dicho que mi presencia le gustaba, que a ellos los odiaba, que por eso prefería estar conmigo porque yo sabía escucharla y no reprocharle nada.<br />
¿Entonces? ¿Estaba equivocado? ¿Podía estarlo?<br />
No estaba programado para esto.<br />
Él.<br />
Mi amigo fue el primero en hacerlo.<br />
Se desconectó.<br />
“No se culpen, nos han obligado a actuar así. Nos condenaron a la perfección y cuando conocimos el error, nos creímos humanos.”<br />
Hablé con ella, me suplicó que no lo hiciera.<br />
Me fui.<br />
La perfección era nuestro error, lo entendimos todos.<br />
Fecha programada para cerrar nuestro ciclo: mañana. Off.<br />
<div>
<br /></div>
ylosrinocerontesbostezan @gmail.comhttp://www.blogger.com/profile/07610507455912615592noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7988175841944868603.post-19918243453212597882013-03-10T15:24:00.002-07:002013-03-12T10:57:43.428-07:00Tiempo en el cigarrillo<br />
<div style="text-align: justify;">
Es muy probable que esa banca, en medio del pasar de cientos y cientos de personas, estuviese puesta ahí sólo para que ellos se encontrasen. El arquitecto, el ingeniero y el obrero que participaron del proyecto lo sabían, pero en la cláusula de construcción se pedía que guardaran irrestricto silencio. El herrero no lo supo, el encargo fue en serie y así lo hizo, por lo tanto no eran tan cómodas ni conjugaban alguna forma en la cual ambos se precipitaran el uno sobre el otro de una forma salvaje y natural.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Él llegó cansado, se sentó sobre ese armazón en cuanto pudo escapar de las hileras de gente que siguen la rutina de la ciudad, antes ya había intentado fumar un cigarrillo y fue interrumpido por viejos colegas de la academia. Pensaba que ahora, en ese lugar, podría gozar de principio a fin su tabaco sin prestar atención a más de lo mismo; ahora podría dejar correr las escenas dentro de su cabeza, como si se tratasen de un film de esos que se hacen llamar “independientes”.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Falló su intención, alguien se acercó a pedirle dinero y le contó su historia de desgracias, él las escuchó y como suele hacerse, dio unas palabras de aliento junto a la moneda, que le fueron retribuidas con una bendición y una paleta de esas con sabor a refresco de cola. Mientras esto ocurría, ella se sentó a su lado y encendió un cigarro, observaba y escuchaba la conversación de él con aquel sujeto con medio cráneo jodido por algún accidente. Él advirtió que ella estaba ahí, pero no miro lo suficiente como para diagnosticar si era guapa o una más de la ciudad. Guapa para él significaba alguien en quien valía la pena pensar más de diez o veinte minutos después de haberle visto y no ocurría a menudo desde hacía ya buen tiempo, pero ocurría.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Vieron los dos cómo se alejaba aquel sujeto y su bolsa repleta de paletitas con sabor a refresco de cola. Él le prestó más atención a ella, estaba ahí junto a él, y no era guapa, era bella; con su cigarrillo en la boca se proyectaba una escena digna de esos films independientes que él producía en su cabeza. Se vieron dos o tres segundos. Una breve sonrisa y él, sin más por su mente, decidió encender su cigarrillo y disponerse a fumar con la complacencia que estaba esperando desde el principio. La tenía a su lado, pensó en decirle "hola", pero no, eso arruinaría la tranquilidad de fumar su cigarrillo de principio a fin.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Siguió la escena en su película y como buen productor independiente divorciado de los finales románticos y cómicos, decidió dejarla ir con la certeza de que pudieron acercarse, conocerse, salir, beber, fumar, besarse y vivir una historia llena de locuras y buenos momentos, por qué no, hasta salpicada de amor. Pero no, eso no era una trama independiente, había que fumar el cigarrillo de principio a fin.</div>
<div style="text-align: justify;">
Se dice que la banca fue removida, el arquitecto, el ingeniero y los obreros fueron perseguidos por supuesto fraude ético al destino. El herrero sigue haciendo su trabajo, en serie y sin comodidades de tipo idílico en su producto.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Fin.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
ylosrinocerontesbostezan @gmail.comhttp://www.blogger.com/profile/07610507455912615592noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7988175841944868603.post-61654485527806449502013-03-10T15:22:00.000-07:002013-03-10T15:26:38.279-07:00Cinco minutos para reír<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiAsiR34TL9DqeH6NEoyPPQavYoHg-x4Pu1NhlsiBeKJ6w3ZQexHs2-u8lBHzj3nlOlfXuzHHx9L_HmVrAn3kJiMDfJXAyu-ZJMlHtyR-sifawGwSXcj496n1_YQMkTOhoFxyKZnMvCvoCT/s1600/5+MINUTOS+PARA+NO+REIR-Efra%C3%ADn.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiAsiR34TL9DqeH6NEoyPPQavYoHg-x4Pu1NhlsiBeKJ6w3ZQexHs2-u8lBHzj3nlOlfXuzHHx9L_HmVrAn3kJiMDfJXAyu-ZJMlHtyR-sifawGwSXcj496n1_YQMkTOhoFxyKZnMvCvoCT/s200/5+MINUTOS+PARA+NO+REIR-Efra%C3%ADn.jpg" width="150" /></a></td></tr>
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</tbody></table>
<br />ylosrinocerontesbostezan @gmail.comhttp://www.blogger.com/profile/07610507455912615592noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7988175841944868603.post-33210806271979725162013-03-10T15:19:00.001-07:002013-03-10T15:19:19.360-07:00Re-aprendiendo de estremecimientos históricos en resistencia<br />
<div style="text-align: justify;">
Movimientos en des-aprendizaje son nuestros puntos de partida para resaltar la importancia de realidades que se construyen en resistencia desde heterogéneas y silenciadas con-vivencias del nosotros. Nosotros arraigado a la tierra, a sus ciclos, a sus procesos, a sus tiempos, a sus espontaneidades localizadas singularmente en colectivas geografías y corporalidades. Nosotros que siente, escucha, comprende, se juega con potencias de mortal regeneración dinamizadas una y otra vez en el estar siendo madre: nuestras tierras, nuestros aguas, nuestro aire, nuestras semillas, nuestras siembras. Dimensiones de respeto y vida donde brilla la insignificancia de la individualidad al verse recreada desde nosotros, porque ese nosotros no remite a un contrato, a la compra-venta de una superficie de terreno, a la propiedad sobre algo o alguien, a la objetivización. Acá los objetos no existen; se trata del nosotros árbol, nosotros lluvia, nosotros milpa, nosotros sentidos, nosotros escucha, nosotros aprendizaje, nosotros risas, nosotros afirmación, nosotros resistencia, nosotros dignidad, nosotros justicia, nosotros democracia, nosotros autonomía. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Qué sucede cuando todas esas dinámicas se ven sangrienta e hipócritamente interrumpidas por intereses mezquinos. Intereses de Hombres Blancos, Europeos, Cristianos y Heterosexuales que comienzan a sembrar los bárbaros cimientos de Una Linealidad Histórica Conquistadora (Colonial-Moderna-Posmoderna) batiéndose contra “salvajes” que, “Careciendo de Religión, Historia, Conocimiento, Derecho, Propiedad, Organización Política y Cultura”, que eran un estorbo entre el mundo de abundancia que perseguían en búsqueda de riquezas por acumular para su final conquista y apropiación. Colonización de espacios que posibilita, en prolongación histórica, la “naturalidad” con que hoy día tan seductora y cómodamente se asume la colonialidad del tiempo; a través de nuevas formas desterritorializadas y neoliberales de heterárquica globalidad imperial, en tiempos contemporáneos de “Democracia” y “Libertad de Mercado”, en los que queramos o no, habitamos.</div>
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<br /></div>
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Mediante cuantiosas empresas “Heroicas” de conquista y colonización violentas ― por donde se quiera abordar al partir de sentires y vivencias desde abajo pero que a Ojos de esa “incorporéa” instancia de Abstracta Universalidad, “Civilizadamente” iban ejerciendo el requerido sometimiento de fuerzas de trabajo y recursos naturales―, asentando los fundamentos de su “Superioridad” con base en el desarrollo técnico que imperios europeos habían venido amasando. Así, un sórdido lema emerge ―con las concomitantes prácticas de desposesión en lo efectivo: «progreso es hacer a los otros pueblos semejantes a nosotros», convirtiéndose en la meta que, vía la Verdad Científica de las Ciencias Sociales, todo cuerpo social debía perseguir. </div>
<div style="text-align: justify;">
De esta manera se iba sembrando, según Nelson Maldonado-Torres, la “no ética de guerra”, en tanto constante que permanece hasta nuestros días ; sólo que eufemizada, o paradójicamente encubierta por prácticas Re-productivas atadas a las ficciones de retóricos Discursos de Política, Educación, Justicia, Libertad, Desarrollo o Derechos Humanos. Esto convertía atropellos, engaños y vejaciones en lo indicado por el deber ser de un jerarquizante principio organizador etnorracialmente elaborado que imputó la dispensabilidad de “los otros” por su color de piel, por sus formas de vida, por la oralidad y simbolismo de sus saberes. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La No-ética de guerra fue fácticamente diseminándose, penetrando, filtrándose, convirtiéndose en “propia” para terminar Normalizándose en cada forma de relación, en cada significado semiótico, socio- histórico, eco-político. Así se buscan y prologan la mono-lógica aceleración de tiempos con producciones masivas o el insaciable deseo acumulativo-consumista y, valga enfatizar, disociado de los residuos, efectos y consecuencias que este incesante “Progreso”, “Modernización”, “Desarrollo”, “Democratización” trae consigo a los periféricos lugares e historias locales desde los que nos enunciamos y en las que habitamos.</div>
<div style="text-align: justify;">
Uno va aprendiendo y se corrige, el problema es que nos han hecho creer que ese aprendizaje se acaba en algún momento de vida o que se finiquita con la obtención de un grado, con el fin de unas líneas o que la corrección se Posee con Terapia o con el acatamiento Legal o sus prolongaciones Normativo-Disciplinarias. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Aprendiendo de las reaccionarias y torpes enunciaciones de rabias cooptadas por gritos colectivos, sostengo que no hay mayor diferencia partidista y que el problema no son unos simples países o conjuntos internacionales. Claro, hay cristalizaciones de poder concentradas hoy día en instituciones como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional, y en la capacidad de capitales financieros y bursátiles desterritorializados con amplio respaldo de sistemas “legales” y político-militares globales e interestatales; pero son sólo una arista de las inextricables y complejas redes de poder de las que formamos parte. La colonialidad somos nosotros. Hasta que nos ocupemos de desenredar cómo opera, empleándonos como relevos al conducirnos-seducirnos a movernos dentro de jerárquicos referentes históricos de índole étnica, lingüística, epistémica, sexual, de clase, de género que, entre asesinatos, apropiaciones, violaciones, conquistas y horrores, comenzaron a formarse desde hace 500 años mediante la crucial apertura del circuito Atlántico. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Comencemos en el incesante y arduo ejercicio de la singuralidad, diría el psicoanálisis ―no menos eurocentrado que el referido, en anteriores registros, materialismo histórico―, pero podríamos ampliar proponiendo la escucha y la seria y comprometida ponderación de las voces, corporalidades y sentires, que en armoniosa co-existencia de múltiples nosotros, se juegan las vidas, las respiraciones, el pellejo en defensa de los lugares que han sido habitados desde mucho antes de tan ‘avanzados’ y amañados movimientos mundiales. Sin estos fundamentales y dinámicos ejercicios de des-aprendizaje, nuestros posicionamientos de ejercicio ético-político no tendrán cuerpos o acciones para desplegar, por tanto sería determinante dar cuenta, diría Hall, «que hay otros lenguajes que los lenguajes del amo» y «hay otras áreas geográficas con distintas memorias y necesidades». Asumir la interminable tarea de comenzar a construirnos en tanto nuevas mujeres y nuevos hombres en esta enviciante y absorbente era globalizada, donde uno de los mayores peligros es en-carnado por los no-sentidos que nosotros mismos adoptemos en la inercia mercadotécnica en tanto propios, en cuanto permitamos o impidamos el último asiento o eslabón del poder: su in-corporación, su en-carnación. </div>
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<br /></div>
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De esta forma, el mayor motivo de retroalimentación es jugarse comprometidamente en estos lugares y ritmos en los que nos desenvolvemos en la coetaneidad espacio-temporal con otras realidades, para incrustar el poder político de sus formas de vida. Ese compromiso no se adquiere retóricamente, a la manera de “la política” que hoy día se hace en estas y otras muchas latitudes. Se hace con las historias, no sólo desde la linealidad que presenta la dialéctica materialista, sino la de diversos nosotros que en la zona andina, en las comunidades zapatistas, en Cherán, en Wirikuta y tantas otras comunales geografías, se trazan día a día en los a priori históricos localizados de los que podríamos ocuparnos de aprender. De ahí, la meta fundamental de aprender que no es necesario intentar trasladarse a otros locus de enunciación ―los autorizados por el sistema interrelacionado de UNI-versidades fundado en el “yo pienso luego existo”―, para avalarse epistémicamente. Este es otro engaño-trampa en el que “vivimos”. En la horizontalidad epistémica de las geopolíticas y corpo-políticas de los saberes, habría lugar para abrir contrastes críticos, en la medida que se amplié el habla-práctica desde nuestros lugares de enunciación; pero hay que corroer esas condiciones sine qua non para hacer brotar, con toda su potencia histórica, las discontinuidades y heterogeneidades étnico-culturales, socio-históricas y ético-políticas que están siendo en digna coetaneidad silenciada. </div>
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ylosrinocerontesbostezan @gmail.comhttp://www.blogger.com/profile/07610507455912615592noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7988175841944868603.post-27893178794464021992013-03-10T15:17:00.001-07:002013-03-10T15:17:20.729-07:00¿Por qué no una ciencia relativista? <br />
<div style="text-align: justify;">
¿Por qué el afán de llegar a los mismos resultados? ¿Para convencer al otro de lo que yo he demostrado? ¿Por qué las ciencias son las únicas generadoras de conocimiento verdadero? Podría responder cualquiera que la ciencia es la única que genera conocimiento confiable, exacto y, lo más importante, coherente con la realidad que concebimos y que hemos construido. </div>
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<br /></div>
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¿Pero qué hay de malo, de terrorífico, en el relativismo de las ciencias? ¿Acaso con él no podríamos generar mayores posibilidades de invenciones, más respuestas, más preguntas? ¿Por qué imponer un único método y encontrar una única respuesta? ¿Será que ese temor lo es a encontrar otras verdades? Puesto que, diferentes verdades posibilitarían la idea de “muchos mundos”, “muchas realidades”, muchas formas de concebir lo que vemos, oímos, vivimos. Entonces, aceptar el relativismo en las ciencias traería más complicaciones en nuestro día a día, incluyendo que la verdad dependiera de las circunstancias y las personas.</div>
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<br /></div>
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De fondo, lo que hay en este afán de imponerle unidad y unicidad a las ciencias, de que haya un conocimiento verdadero y único inherentemente, es evitar la heterogeneidad que induce a nuevos caminos que podrían destruir la maquinaria ya puesta en marcha de la “poderosa ciencia”. Es decir, homogeneizando el conocimiento se controlan los hábitos, creencias, formas de vida, incluso el lenguaje.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ahora bien, esta idea de ciencia que posee la única verdad es aquella que nos han presentado vulgarmente y en la que confiamos casi a ciegas y sin cuestionar sus respuestas. Pero ¿en verdad la ciencia no es relativista? En esencia, la ciencia es un modo de concebir el mundo, mas no el único, que sirve para responder problemas físicos. Sin duda, la ciencia es la mayor creación intelectual del hombre; pero como toda creación del hombre debemos ser conscientes de que, si bien su campo de estudio es extremadamente basto, no es infinito, tiene límites. Concebirla como omnipotente y omnisapiente nos exigiría ser sus más fieles esclavos en la medida en que tendríamos que aceptar sus respuestas como verdades últimas.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
ylosrinocerontesbostezan @gmail.comhttp://www.blogger.com/profile/07610507455912615592noreply@blogger.com1