Mecánica Nacional

Las elecciones se fueron a la mierda, nada que me sorprenda. El pueblo ha elegido, el pueblo fue coaccionado miserablemente, ultrajado y vejado por su ignorancia, su pobreza y sí, de hecho, por su riqueza.

Cual plan maquiavélico, pareciera que el gobierno que llevó a su gente a la ruina por 70 años lo hizo para asentar el terreno que los traería de regreso, previendo que por un breve tiempo perderían el poder y los intereses fiscales que de ello emanaron. Pero, ¿qué le vamos a hacer? Si el mexicano es por ADN conformista, es rastrero, mochilón y re-sacón, muy hablador y holgazán.

Claro que no hablo de ustedes que son los mexicanos que sí votaron por el cambio, que son buenos ciudadanos, que son cultos, leen libros y miran tele de calidad, de ustedes que son  personas excelsas (no se lea lo anterior con sentido irónico, puesto que ustedes sí existen, pero aquellos también); su estructura molecular es tan similar al agua y el aceite, que simplemente no son miscibles. Con toda la complejidad de la ausencia de atracción, sus fronteras jamás serán transgredidas para diluirse uno en el otro; lastimosamente, en el recipiente análogo al que representa el territorio nacional, hay mayor volumen de aceite que de agua, con toda la alegoría que ello represente en sus mentes.

Tragedia in situ, pues nadie quiere ver a un país dividido, pero todo ha sido maquinado desde las entrañas del mismo ciudadano que invoca al despertar, a dejar la ceguera, a la acción, como así lo fue desde el interior de las mismísimas tripas de la bestia dominada, del hambriento, del intranquilo ser humano que no alcanza a comprender su entorno.

De los dos se ha echado mano, ya que uno pone la cantidad correcta de corrompida realidad y el otro acerca el hermoso espectáculo de la democracia a la fallida e inexistente implantación del mismo. Suena tan sutil que nos aleja de la idea principal: el pueblo se jodió y vivirá jodido como consecuencia de este retrógrada paso de la vida político-social, de esta manipulación tétrica, del gran despliegue de una maquinaria que yacía dormida, retorcida entre sus fierros oxidados, o al menos eso quisieron aparentar.

¿Qué sigue ahora? Es la gran pregunta de unos cuantos, que aunque parezcan mayoría no lo son, y tampoco es de sorprenderse ninguna de las reacciones, que aunque puestas a punto, siguen estando desgastadas. Movimientos sociales que se ahogarán en su saliva, represión mediática, oligarquía en su estado más bello y puro, el hermoso México de nuestros hijos y de nuestros abuelos, el de siempre, ¿o a poco creían que ustedes iban a ser la generación que reinventaría a Gene Sharp?

Es absurdo creer que toda una idiosincrasia, toda una identidad, todo un mecanismo puede ser re-ingeniado en tan corto tiempo pues, como principio básico, primero se debe obtener una mezcla homogénea de intereses y actuar en favor de ellos. Aquí no existe esa madurez y en donde la hay, no existe la convergencia. El México profundo seguirá ahí reproduciéndose a si mismo y mutilándose porque las leyes de la física no se pueden violar, porque dos cuerpos no pueden ocupar el mismo espacio (la división inminente no es política, es selección natural). Viviremos en la hermosura de una pintura de Ryohei Hase un periodo más y todo lo que creen que pueden hacer para cambiar tan trillado y pesimista discurso, no se verá reflejado jamás mientras el sistema evolucione a mayor velocidad que sus usuarios…

[Fatal error 2012]
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∆ El inminente final siempre es el comienzo.