¿Qué cosa es un vagabundo?

“-Papá, ¿qué cosa es un vagabundo?

-Un vagabundo es un hombre que va siempre 

de un lado a otro, caminando por el mundo, 

sin ambición, sin ansias ni esperanza 

y no merece amor, ni confianza.”

José Guardiola y Rosa Mary “La balada del vagabundo”(1963)

¿Y qué piensas de aquellos que parecen no ocupar, o más bien, no encajar en un espacio definitivo?, ¿Qué piensas de aquellos que, de muchas formas, no están en el “sistema”? ¿Qué piensas de aquellos que rechazan la seguridad de habitar un solo lugar? Y ¿Qué decir de los que nos ignoran a su paso por tener un rumbo fijo?

A diferencia de la letra de la canción de José Guardiola, yo podría asegurar que no todo miserable anda errante por las calles; ni todo aquel que deambular anda perdido y sumido en la desesperanza. No todo el que deambula por el mundo es un ser nocivo para sí mismo o para otros, y mucho menos merece desconfianza. Por el contrario, se me ocurre que esos seres son versátiles, adaptables a las circunstancias que se les presentan, sin importar que tan adversas o favorables sean ésas. Son aquellos que se burlan del trabajo como un deber necesario para subsistir; son los que se rehúsan deliberadamente, o bien con plena conciencia, a integrarse a la sociedad. Se rehúsan por cuestiones de su carácter o personalidad (Martin, 1957: VIII, IX). También podría afirmar que su vida misma reta las convenciones de la sociedad sólo para demostrar la infinidad de posibilidades de existir en el mundo. Por ejemplo, la convención de la propiedad privada, definitivamente no es viable para el vagabundo, no por sus imposibilidades de poseer algo inamovible, sino simplemente porque lo que ambiciona es algo diferente: buscar el lugar perfecto para vivir o morir; encontrarse cada mañana con un paisaje diferente o tropezar con individuos extraños cada día. 

Existir sin que le pertenezca nada, a la vez que él no pertenece a lugar alguno, es lo que anhela aquel que recorre el mundo sin afecciones. Quizá ésta sea la razón primordial por la que la sociedad condena a los vagabundos, más que a cualquiera. Lo condena por no cumplir con una de las cualidades primigenias para el hombre civilizado: el sedentarismo. Contrario a ello, el vagabundo busca retornar al origen nómada, propio del animal. Así que niega expresamente la civilización misma cuando actúa como los animales migratorios.

De esta forma, un vagabundo no sólo es alguien que pasea sin rumbo fijo, es una expresión de la libertad, pues experimenta la vida misma sin determinaciones ajenas a las propias.

Bibliografía

Martín, Norman (1957), Los vagabundos de la Nueva España siglo XVI. México: Jus.