Nos mudamos:

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Yo no entiendo

La gente te desprecia, te rayan la patrulla, te avientan huevos, te mientan la madre, tus vecinos te odian en secreto, te matan peor que a un pinche perro rabioso, todo mundo nos odia y nos considera un cáncer.
Y con todo eso a la hora de la hora somos el mal preferido,  porque cuando llega un pinche loquito a querer violar a las señoritas, cuando un chaca te está taloneando o lo que sea, el chiste es que a todos nos toca cargar al pinche chamuco un rato y, pues mejor que sea el que ya tenemos medido, el que sabes que te va a picar las costillas y a sacar la cartera pero que lo más probable es que no te saque los ojos y te deje morir en la orilla del camino, la neta. 

A huevo que hay algunos compañeros que sí se pasan, yo he visto cómo se madrean a los chavitos que limpian parabrisas y todavía los rentean, eso es pasarse de verga, no hay que ser. Otros se manchan con las prostis, les acomodan unas putizas, les quitan su dinero, las violan y luego todavía las quieren atorar por putas; aunque son pocos, los conocemos, son los pinches enfermos que uno no puede sacar de este sistema de mierda, tienen más quejas y denuncias que el hambre pero de algún modo encontraron la forma de enquistarse, la verdad es que luego hay unos trabajos que conviene dejarles a esos pinches orates, para no quemarse uno.

Me cae que ese tipo de weyes si hacen falta. Es como si en el paraíso contrataras a unos pinches diablos de policías, porque no tienen miedo a pasarse de verga, lo disfrutan y son efectivos haciéndolo, son un mal tan necesario como todos los policías, como todos los políticos, como todas las cosas tan podridas que existen en este pinchurriento, corrupto, atarantado, anestesiado, persignado, sacrosanto y rechingado país.

A veces sí me da remordimiento y empiezo a pensar que no es cierto, que la neta es bien pinche fácil decir eso mientras uno saque para tragar y algo más, porque luego ni siquiera es por sacar la chuleta o por necesidad sino por pura pinche maldad o no sé cómo decirle a esa situación en que paras a un wey pensando en que cometió un error y que lo vas a dejar ir si no se te pone al pedo y de repente ya estás metiéndole unos pinches macanazos y robándole el reloj manchado de sangre; de menos estás citando el reglamento de tránsito de Manchuria, artículo 139, sección sexta, párrafo segundo para ver si mareas al atarantado y te da unos 50 o 100 pesos nomás por que ya lo dejes ir. Está cagado pero culero. Es como todo en esta ciudad, uno se ríe llorando de pura pinche impotencia y cuando puedes te desquitas con el que caiga.

En esta ciudad lo que sobran son colmillos y carne, la cosa es que a veces te toca ser el peso que balancea y a veces el que arma todo el desmadre en la báscula.
Pinche gente, ya nadie respeta a nadie.
unidad 250, unidad 250, cambio
– Aquí patrulla 250, cambio –
tenemos reporte de una fiesta con drogas y menores de edad, en jardines del pedregal, calle Niebla, número 420
– copiado, nos dirigimos para allá, cambio y fuera – Uhhhhh, qué caray, en Jardines del Pedregal, mocosos pedos, drogados y pendejos, ya la armamos chido esta quincena pareja, a hueeeevo…

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